Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Georgette, de 25 años, del Cercado de Lima:

Doctora Magaly, necesito de su consejo para tomar una buena decisión. Le cuento que soy guía turística, trabajo en una agencia y constantemente viajo al interior del país llevando grupos de extranjeros para que conozcan la belleza de nuestro Perú.

En uno de esos viajes conocí a Benedict, un canadiense guapísimo que vino a nuestro país a conocer el Cusco. Yo fui su guía durante una semana. Desde la primera vez que lo vi quedé prendada de sus ojos verdes y su 1.80 cm de estatura. Yo soy una mujer bajita, y los hombres altos son mi debilidad. Benedict habla francés, pero está interesado en aprender castellano. Eso hizo que pasáramos más tiempo juntos, porque después de que acababan los tours me pedía que lo acompañara para que pueda practicar su español.

En nuestro segundo día de estar paseando por Cusco, Benedict me dijo que yo le gustaba y me besó. Doctora, me quedé fría, pero inmediatamente correspondí a su beso. Él es tan apasionado que terminamos juntos en su habitación de hotel.

Yo pensaba que los extranjeros eran fríos, pero Benedict es un volcán en la cama, y como es alto y tiene los brazos fuertes, ya se imagina lo bien que la pasé y todo lo que hicimos. Quedé extasiada.

El último día de su viaje me pidió que me vaya a Canadá con él. Me pareció una locura, le dije que podíamos seguir en contacto. Hablamos todos los días desde hace 7 meses y nuevamente me ha pedido que viaje a Canadá. No sé qué decidir, doctora, aconséjeme.

CONSEJO

Querida Georgette, primero debes estar segura si lo que sientes por Benedict es amor o solo pasión. Si realmente estás interesada en él, prueba con ir a visitarlo unos días, para conocer cómo vive, a su familia y amigos. Toma tus medidas de seguridad, porque prácticamente no lo conoces. Después de esa experiencia sabrás si estás dispuesta a dejarlo todo e irte a vivir con él a Canadá.