“Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Percy, de 29 años, que nos escribe desde Chorrillos.

Doctora, hace poco conocí a Verónica y desde el primer momento me llamó la atención. Es divertida, segura de sí misma y tiene una energía que me contagia. Nunca le pregunté la edad y luego me di cuenta de que era mayor de lo que había asumido. Me sorprendió y me dejó confundido porque nunca pensé que podría sentir algo así por alguien de esa edad. Todo iba bien hasta que me invitó a su cumpleaños y vi la invitación que decía “Dulces 40”.

No es que no me guste, al contrario, me atrae muchísimo, pero la sorpresa me dejó pensando en la diferencia de edad. Desde entonces estoy hecho un lío, dándole vueltas a cómo esto puede afectar nuestra relación y también a lo que puedan pensar mis amigos o mi familia. Me siento un poco culpable por haber asumido algo sin preguntar y ahora no sé cómo manejar mis propios prejuicios.

Lo que siento por ella es real y disfruto cada momento que pasamos juntos, pero no puedo evitar que la diferencia de edad me haga dudar. A veces me pregunto si esto cambiará la dinámica entre nosotros o si solo soy yo complicando las cosas. Al final creo que lo más sano es disfrutar el presente y no dejar que la edad o los números definan lo que sentimos. Pero aún así, no puedo evitar sentirme confundido y me pregunto, doctora, cómo puedo manejar estos sentimientos sin arruinar lo que podría ser algo bonito.

CONSEJ0

Querido Percy, no dejes que la sorpresa te paralice ni que la diferencia de edad sea un obstáculo. Concéntrate en lo que sientes por ella y en cómo se sienten juntos. Cada relación tiene sus particularidades y lo que importa es la conexión que compartes. Disfruta los momentos que tienen, acepta que los nervios son normales y permite que la relación avance.

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