Bendito Señor  de los Temblores
Bendito Señor de los Temblores

El Señor de los Temblores es una de las advocaciones de Cristo crucificado más veneradas de Cusco y el sur del Perú. Se trata de una imagen de un Cristo moreno que recorre las calles de la Ciudad Imperial cada Lunes Santo y cuya bendición es ampliamente esperada por sus miles de devotos.

Ayer, cientos de creyentes cusqueños y de otras regiones del sur del país acompañaron la procesión dando inicio a la Semana Santa en Cusco. Los turistas no se quedaron atrás y también rezaron y caminaron junto a la sagrada imagen.

Unos pedían prosperidad, otros salud y trabajo, pero casi todos invocaban que cese las lluvias y no haya más muerte y destrucción por los fenómenos naturales que siguen azotando al país.

RELIQUIA. Esta escultura es bastante sobria; sin embargo, siempre se la ve adornada con hermosos sudarios, elementos que son obsequiados a la imagen año tras año por familias de devotos, instituciones públicas o privadas e incluso son enviados desde el extranjero por gente de origen cusqueño, principalmente.

Ahora, parte de esta colección de sudarios será expuesta en las instalaciones de la Municipalidad Provincial del Cusco, donde más de 200 elementos propios de esta imagen, entre sudarios, clavos, coronas y demás, se hallan en una instalación erigida poco antes de la Semana Santa.

“Esta exposición de sudarios y reliquias la estamos realizando después de 13 años gracias al pedido de los devotos y fieles del Taytacha. Acá encontramos 225 sudarios en total y muchos artículos de bastante interés, todo en relación a nuestro Cristo Moreno”, citó Carlos Velásquez, miembro de la Hermandad del Señor de los Temblores.

Una de las piezas más icónicas de esta exposición es un sudario del siglo XVIII, el mismo que se halla al comenzar el recorrido en las instalaciones de la Municipalidad del Cusco. A su lado se pueden apreciar finísimas piezas elaboradas con hilos de oro y plata, además de sudarios con hermosos detalles en lienzo, hechos incluso por representantes de la afamada Escuela Cusqueña.

MILAGROSO. El Señor de Los Temblores adquiere este nombre, además de notoriedad en toda la región Cusco, luego de atribuírsele haber aplacado el terremoto del 31 de marzo de 1650, cuando un fuerte movimiento sísmico causó la muerte de al menos cinco mil personas en Cusco.

HISTORIA. La obra data de alrededor de 1620, cuando el rey Felipe II se entera que los “indios del Perú seguían adorando al Sol y que en sus fiestas recordaban a las deidades de su gentilidad”. Ante estas noticias, mandó esculpir en Sevilla la imagen de un Santo Cristo grande, distinto a los que se veneraban en España. Es decir de color cobrizo para que los indios se reconozcan en la imagen.

Concluida la obra, es enviada al Virreinato del Perú en barco. Luego de llegar al puerto del Callao fue trasladada al Cusco. El viaje fue largo, en el mar hubo muchas peripecias y se le atribuye a este Cristo muchos milagros en el camino como calmar las aguas del mar y aplacar los temblores.

Concluida la obra, es enviada al Virreinato del Perú en barco. Luego de llegar al puerto del Callao fue trasladada al Cusco. El viaje fue largo, en el mar hubo muchas peripecias y se le atribuye a este Cristo muchos milagros en el camino como calmar las aguas del mar y aplacar los temblores.