El “Steve Jobs” peruano vive en Puente Piedra
El “Steve Jobs” peruano vive en Puente Piedra

A Jesús Rojas le dicen el “Steve Jobs” peruano porque ha formado una empresa de programación en su propia casa en  sin haber estudiado Informática.

A sus 24 años, este joven, de abuelos cajamarquinos y piuranos, asesora y brinda soporte técnico a empresas e instituciones con mucha solvencia intelectual. Además, ha creado un software educativo que se aplica en un colegio de Comas. Los niños siguen las clases a través de sus tablets y pueden adelantar las lecciones en sus hogares si así lo requieren.

Autodidacta. Su talento ha concitado admiración y ahora es objeto de muchas felicitaciones y frases de aliento. Su historia demuestra que se puede tener logros intelectuales sin haber pisado una universidad, gracias al propio interés y la curiosidad. De hecho, casi no usa Facebook para evitar distracciones.

Tiene una novia que lo alienta a seguir adelante, lo mismo que su familia, que aún vive en una humilde casa con materiales precarios, pero que ostenta una limpieza y orden que es como una apuesta por un futuro mejor.

Aprendió a programar en un call center. Allí tenía un jefe (Martín Reátegui) que le enseñó los primeros códigos de VB6 (un lenguaje de programación de Excel). En sus pequeños momentos libres se ponía a jugar con dicho aplicativo, programando pequeñas cosas. Con el tiempo pasó del área de ventas y cobros; luego, al área de soporte. Y ahí fue donde aprendió los secretos de la buena programación.

El resto lo aprendió con los tutoriales disponibles en internet.

APOYO FAMILIAR. Luego de ganar un concurso para jóvenes emprendedores organizado por el Ministerio de Trabajo ha podido seguir capacitándose y obtener un capital semilla para fundar su propia empresa.

“Lo que me motiva es el apoyo de mi familia, incluyendo a mi novia. Ellos me han apoyado bastante y es por ellos por quienes continúo. No logré entrar a la Universidad, y en algún momento lo intentaré de nuevo porque nunca es tarde para estudiar nuevas cosas; sin embargo, quiero ser el orgullo de mis padres, quiero que mis futuros hijos vean que todo se puede lograr en la vida y su padre lo pudo lograr empezando desde abajo”, señala.

Su padre fue sereno y chofer, su madre ama de casa y creció en una invasión en Puente Piedra, con múltiples carencias. Su madre recuerda que Jesús siempre le trajo buenas notas del colegio.

“Mi ambición máxima en la vida es disfrutarla, no solamente estar en un trabajo hasta los 50 o 60 y luego cobrar el AFP. Quiero tener negocios que trabajen para mí, empresas que me generen ingresos aun si ya pasé la “base” 6. Empresas que me permitan ir de viaje con todos los seres que amo en cualquier momento y no estar preocupado por pagar cuentas a fin de mes”, añade Jesús Rojas.

Su frase favorita, y que siempre aplica, es: “Todo es posible en la vida”.

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