Se nota que a PPK le falta fuste partidario, experiencia de base y tarima. Sus correligionarios están que se sacan los ojos y le tiran piedras al mismo premier Fernando Zavala (como es el caso de Jorge Villacorta), pero él lo único que sale a decir es lo siguiente: “El partido, bueno, me gustaría que se tranquilicen un poco”.
Qué cosa. Señor presidente, golpee usted la mesa, grite, ponga orden en la casa. Precisamente por esta debilidad es que el fujimorismo tiene tela para cortar. Cómo Villacorta va a decir que “ese es un gabinete del Ku Klux Klan”. Cuádrelo, póngalo en su sitio.
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