Y ahora le tocó el turno a . Y es que este jueves un impresionante paro nacional hizo tambalear al Gobierno de Iván Duque, evidenciando un descontento social similar al que afrontan países cercanos como Ecuador, Chile y Bolivia.

Sindicatos, estudiantes, indígenas y opositores ganaron las calles con un abanico diverso de reivindicaciones y reclamos a viva voz. Alguien diría que está cundiendo el mal ejemplo, pero lo que sucede realmente es que los pueblos van despertando de su letargo y comprenden mejor sus derechos.

Entonces, empiezan a demandarles a sus autoridades una mejor calidad de vida: educación, salud, transporte, jubilaciones y trabajo bien remunerado.

Lenín Moreno dio marcha atrás en la subida de los combustibles y acalló a Rafael Correa que ya se frotaba las manos desde Bélgica. Evo Morales salió corriendo a México y desde allá lanza gasolina. Y Sebastián Piñera se mata prometiéndole incentivos a sus connacionales, pero la desazón continúa.

Así las cosas, el presidente Martín Vizcarra debe tomar nota de lo que está pasando en los países mencionados y pisar el acelerador. Ya cerró el Congreso, ya llegó a su techo en las encuestas y ahora la gente quiere chamba, obras, reconstrucción, seguridad y guerra sin cuartel contra la corrupción.

Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.