Qué tal! Uno de los partidos políticos a los que la población le anotó la placa de cara a las elecciones generales de abril de 2021 es

Y es que la lampa defeccionó completamente en este Congreso lamentable, tirándose abajo la confianza que le confió la masa votante, y se puso la lápida encima con la irrupción de Manuel Merino como un fiasco de Presidente, nacido de la componenda y la precariedad legislativa. El daño de la bancada al partido ha sido de consecuencias incalculables.

Y, frente a este panorama, nada auspicioso, empezó la lógica estampida. Por mi mejoría, hasta mi casa dejaría, dicen. Ya el alcalde Jorge Muñoz añadió “buenas noches los pastores”, “por principios y no acomodos”, y el último de la fila es Alfredo Barnechea, quien sigue con indigestión por el pan con chicharrón del otro día y la vergüenza de no saber cuánto es el sueldo mínimo de los peruanos.

Y en política, hay pecados que son capitales. Barnechea se bajó de la precandidatura de AP, de repente entendiendo, además de lo dicho, que será una campaña electoral complicada, distinta y salpicada por el peligro de la pandemia del Covid-19. Que se sepa, no es de mucha trainning. “Vitocho”, luego de lamentar esta situación partidaria, dijo que finalmente quedarán dos precandidatos, que podrían ser Yonhy Lescano y Edmundo del Aguila.

O sea, menos posibilidades de triunfo, salvo un milagro de Fernando Belaunde o Valentín Paniagua. Hay un detalle que ha brotado luego de la vacancia de Vizcarra y la asunción de Francisco Sagasti: la juventud se ha empoderado como nunca y la llamada “generación del Bicentenario” no quiere autoridades que no los represente.

En ese sentido, ojalá no nos equivoquemos, tendremos una profilaxis en la clase política y una primera muestra podría darse en los comicios venideros. Solo así, de alguna manera, estaremos lanzando un réquiem al viento por Inti y Bryan, los héroes de las marchas. Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta el lunes.