¡Qué tal! Se preveía una elección ajustada, sin embargo, lo que tenemos es un final no apto para cardíacos y la gente, en sus casas, no solo ha utilizado el oxímetro sino también el tensiómetro con Pero el pueblo así lo quiso y es menester respetar la voluntad popular.

Desde luego que no es conveniente un país partido y polarizado, no obstante, las cosas ya están dadas y lo que resta es aguardar el veredicto final del organismo oficial para conocer al nuevo mandatario o presidenta de la República.

Sabida es la tendencia de ambas propuestas gubernamentales y, más allá de que el ganador o ganadora la ponga en práctica ni bien acceda al poder, lo que resulta intocable es la democracia, que conlleva a las libertades generales e individuales.

Requerimos cambios, pero no experimentos y menos en una situación tan grave como la pandemia por la Covid-19, que seguramente se acentuará vía una tercera ola precisamente por los mítines y la misma concentración por la votación.

Lo innegable es que este final de fotografía refrenda lo que en las últimas semanas de la campaña denotaban las encuestas: un profesor picando arriba con altibajos y la lideresa de Fuerza Popular pisándole los talones sin darle tregua e invitándolo al debate de propuestas, a sabiendas de su mayor experiencia sobre el escenario político y la exposición del discurso electoral. Emparejar la pelea es un gran mérito.

¿Y cómo se lee entonces este resultado parcial? Que el profesor chotano ha sido un hueso duro de roer en razón a que sus promesas, abundantes en generalidades, lograron sintonizar con las demandas de gran parte la población, que vio en él la posibilidad de la reivindicación social después, además, de la defección de los últimos inquilinos de Palacio de Gobierno, inmersos en sendos escándalos de corrupción a fajo partido.

Lo que no quita que nuestro país, de asumir Pedro Castillo, se enfrentaría a la amenaza extremista que representa la propuesta comunista diseñada por Vladimir Cerrón. ¿O no, profesor? Esto fue todo por hoy, cierro el ojo crítico, hasta mañana.