No hay nada más cierto que aquella frase que reza así: “El fútbol mueve pasiones”. Sí que lo hace. El último sábado, me dirigí a Huaral para buscar la combinación perfecta: chancho al palo, chicha de jora y el Perú vs. Uruguay.
A través de la pantalla, gritábamos cada movimiento alentando con el alma a la Blanquirroja, hasta que llegaron los penales -no se puede negar que saltamos de nuestro lugar con la atajada que le hizo Gallese al uruguayo Luis Suárez- y cantamos los goles de Guerrero, Ruidíaz, Advíncula y Yotún...
Pero cuando estaba por patear nuestro quinto hombre, algo inesperado ocurrió: se fue la energía eléctrica y los monitores se apagaron repentinamente. Todo quedó en silencio por un instante. No nos pueden hacer esto. “¡Perú ganó!, ¡Perú ganó!”, alguien gritó. El lugar se descontroló...
Y hoy nuestra selección peruana se juega el pase a la final de la Copa América 2019. Enfrentarán nada más y nada menos que a Chile, reviviendo así “El Clásico del Pacífico”. “¡El pisco es peruano!”, cantaban días atrás hinchas uruguayos a los chilenos. Pero hay un viejo sinsabor que causó el ya conocido enfrentamiento: “Respeto!!! Por aquí pasó el campeón de América!!!”, apareció escrito en una de las paredes de los vestuarios del Estadio Nacional, sin signos de exclamación de apertura y en tinta roja. Fecha: octubre de 2015. Nuestros once y La Roja se habían enfrentado, alzándose esta última con el triunfo. ¿El camerino? Era el designado para los futbolistas del actual bicampeón continental -que no logró clasificar a Rusia 2018-. Se desató el escándalo y, con ello, se encendió la rivalidad. Quejas. Críticas. Y no era para menos.
¡El pisco es peruano!”, cantaban días atrás hinchas uruguayos a los chilenos
Hoy todos nos jugamos un nuevo partido -y vamos a hacerlo bien-; en la cancha rivales, aunque fuera de ella hermanos. Bienvenida sea la competencia, pero sin violencia. Con respeto, siempre con respeto. Que pase a la final quien tenga que pasar. Y con celular en mano, por si se vuelve a ir la luz.
Hoy todos nos jugamos un nuevo partido -y vamos a hacerlo bien-; en la cancha rivales, aunque fuera de ella hermanos. Bienvenida sea la competencia, pero sin violencia. Con respeto, siempre con respeto. Que pase a la final quien tenga que pasar. Y con celular en mano, por si se vuelve a ir la luz.