Qué tal.

Si todo está consumado, como parece…

La selección sin Paolo será como un domingo sin misa.

La selección sin Paolo será como octubre sin el Señor de los Milagros.

La selección sin Paolo será como el cebiche sin su ají.

La selección sin Paolo será como la playa sin sol.

La selección sin Paolo será como un beso sin amor.

La selección sin Paolo será como el Perú sin Machu Picchu.

La selección sin Paolo será como Lima sin su cielo color panza de burro.

La selección sin Paolo será como el cielo sin estrellas.

La selección sin Paolo será como una miel sin dulce.

La selección sin Paolo será como un lomo saltado sin carnecita.

La selección sin Paolo será como un picarón sin hueco.

La selección sin Paolo será como el pasto sin rocío.

Felizmente tenemos un entrenador mago como Ricardo Gareca, que puede revertir todo esto y ofrecer en el Mundial una selección sin Paolo, su capitán, pero Guerrera, competitiva, fusionada, que le puede parar el macho a cualquiera. Así sea.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.

Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.