Qué tal.
Finalmente se confirmó que Nicolás Maduro, el dictador que tiene por los suelos a Venezuela, estará en Lima para la VIII Cumbre de las Américas, los días 13 y 14 de abril.
Como bien dice el ex Canciller Luis Gonzales Posada, estamos ante un reverendo “caradura” que no le importa la animadversión que América Latina y el mundo guardan por él, y, con todo el cuajo, se sentará a debatir sobre, ojo al piojo: “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción”.
Parece un chiste. Quizá Maduro sepa de corrupción, porque la practica, según todas las evidencias, pero la democracia debe ser para él como la cruz que le muestran a drácula en las películas, o como un repelente gubernamental.
Ya que nadie se anima ni puede impedirle su asistencia, sería bueno, como también apunta Gonzales Posada, que los demás países participantes de la cita lo cuadren y le digan la verdad en su cara pelada sobre la violación de los derechos fundamentales en Venezuela y el calvario que vive la población llanera para subsistir sin comida, sin medicamentos, sin libertad, sin esperanza.
Además, aquí, en el Perú, radican más de cien mil de sus compatriotas que lograron fugar del infierno que es Venezuela en este momento bajo su mandato y, seguramente, algo tendrán que decirle.
Además, aquí, en el Perú, radican más de cien mil de sus compatriotas que lograron fugar del infierno que es Venezuela en este momento bajo su mandato y, seguramente, algo tendrán que decirle.
