Cuánto tiempo y dinero ahorraría el país si las decisiones de tomaran a tiempo y las obras se ejecutaran en su momento. En el Perú parecemos bomberos, porque solo aparecen las autoridades para resolver los problemas y conflictos cuando estos ya estallaron. Un claro ejemplo es lo sucedido en Machu Picchu, donde un grupo reducido de gente paralizó más de una semana la visita de turistas a nuestro principal atractivo generando millonarias pérdidas. Si se hubiera actuado a tiempo, esto no hubiese ocurrido.
Ahora que el fenómeno El Niño nos está dando campo, desde acá insistimos en que se deben poner en marcha obras de prevención y desarrollo a lo largo y ancho del país. Se sabe que se necesita reservorios de agua en la sierra para los tiempos de sequía; así como casas y cobertores calientes para las temporadas frías. Solo así dejaremos de lamentar muertes y enfermedades que se pueden evitar solo actuando a tiempo.