La Basílica de San Pedro abrió sus puertas para recibir a los miles de fieles que llegaron hasta el recinto religioso para despedir al papa Francisco, quien falleció el pasado lunes. Aunque las comparaciones pueden resultar odiosas, la ceremonia del velatorio del papa Francisco tiene marcadas diferencias con la registrada durante las exequias del papa Benedicto XVI. Lo más resaltante, el cuerpo de Francisco, que fue trasladado en procesión solemne desde la capilla de Santa Marta hasta la Basílica Vaticana, descansaba en un ataúd de madera y fue colocado al nivel del suelo, cumpliendo así con la disposición del sumo pontífice. La presencia masiva de más de 20 mil personas en la plaza de San Pedro para recibir el cuerpo del santo padre también es otro punto para destacar, un número superior al registrado durante el funeral del papa Benedicto XVI. Es una clara muestra de la cercanía que siempre tuvo el papa Francisco con los fieles, quienes hoy elevan oraciones por su eterno descanso. El pueblo católico se despide del llamado papa de los pobres.