Algunos cusqueños parece que tuvieran vocación suicida, pues con la falsa historia de que quieren “privatizar” la ciudadela de Machu Picchu están matando a la gallina de los huevos de oro: el turismo. Inexplicable que algunos ciudadanos de esa región se estén dejando llevar por quienes sueltan mentira tras mentira y han convocado a un paro y medidas de fuerza, cuando acá lo único que se ha hecho es permitir que la venta de las entradas a la maravilla de la humanidad se haga a través de internet y no de forma física, pues esto solo genera desórdenes, especulaciones y la proliferación de revendedores, que son los únicos afectados con esta acertada medida. Es de esperarse que el gobierno y el Ministerio de Cultura no cedan ante las presiones de estos grupos que se oponen al orden y la honestidad que implica una venta digital como sucede en otros países. No se dejen engañar, acá no se busca privatizar nada. Machu Picchu seguirá siendo de los cusqueños, de los peruanos y de la humanidad. No hagan caso a las mafias que están azuzando el caos.