Andrés Hurtado está, nuevamente, en el ojo de la tormenta. No es la primera vez que el popular “Chibolín” se ve involucrado en hechos delictivos o relacionado con personajes cuestionados. Solo hay que recordar que en el pasado se le vinculó con el narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera, “Vaticano”. “Chibolín” fue parte del proceso judicial, en calidad de testigo, que se le seguía a este capo de la droga. El actor cómico también fue denunciado por estafa. Una pareja de esposos que vivía en Estados Unidos le entregó 185,000 dólares como inversión para instalar un circo, pero este show no funcionó y el dinero no fue devuelto, según la denunciante. Ahora, el conductor de televisión está detenido de forma preliminar porque viene siendo investigado por los delitos de tráfico de influencias y lavado de activos. Una vida de lujos que no se condice con sus ingresos económicos, sus vínculos con personajes cuestionados y de la política, sumado a su desmedido ego que lo hacían ufanarse de ser un todopoderoso con influencias hoy le pasan factura.