
En la vejez, no todos cambian igual. Algunas personas mayores mantienen buen apetito, comen de todo y hasta suben de peso. Esto puede deberse a que tienen mejor salud digestiva, menos enfermedades o más actividad física. En cambio, otros pierden el apetito, bajan de peso y pueden tener deficiencias de vitaminas o proteínas.
Esto puede pasar por problemas dentales, depresión, efectos de medicamentos, pérdida del gusto o enfermedades crónicas. También influye si viven solos o tienen poca energía para cocinar.
Para ayudar, es importante hacer las comidas más agradables: preparar platos que les gusten, dar porciones pequeñas pero nutritivas, incluir alimentos suaves y fáciles de masticar. También pueden comer de a pocos durante el día.
Si hay pérdida de peso o debilidad, es clave consultar con un nutricionista o médico. Una alimentación adecuada puede mejorar mucho la calidad de vida en esta etapa.
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