En California, Estados Unidos, Jean Chu no entendía por qué cada mañana descubría prendas de vestir ajenas en su casa. Desde peluches hasta ropa interior. Definitivamente, no era ella. La pregunta era quién se las llevaba.
Ante la incertidumbre, se instaló una cámara nocturna en la calle para identificar al ladrón. La sorpresa fue grande cuando en las imágenes se descubrió que se trataba de nada menos que el gato de Chu.
La cosa era así: la mascota de la mujer -que durante el día la pasaba dentro de la casa- salía de su hogar por las noches y regresaba con distintas prendas de vestir de los vecinos.