Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) obliga a una empresa a readmitir a un trabajador que fue despedido por llamar a su jefe hijo de puta, pues consideran que la expresión es muy común en el lenguaje coloquial. La sala de lo social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha revocado un pronunciamento del juzgado de lo social número 3 de Girona, que consideró que era motivo de despido disciplinario el insulto que profirió un empleado a su jefe. En concreto, lo llamó hijo de puta durante una fuerte discusión en el trabajo. En ocasiones, una ofensa verbal basta para efectuar un despido, mientras que en otras, como en la sentencia, no es suficiente.