Unos padres suecos han conseguido, después de dos intentos previos fallidos, que se les reconozca el derecho de llamar a su hijo Q, gracias a la resolución del Tribunal Supremo Sueco. El juzgado de primera instancia y el segundo al que apelaron, desestimaron su petición al considerar que la ley recogía la prohibición de utilizar letras a modo de nombre.
Ante esto, el padre, Rickard Rehnberg, se defiende y asegura: Lo que dice la ley es que no deberías tener el mismo nombre que una letra, no que no puedas. Además, señaló que: Es un niño único y pensamos que su nombre también debía serlo. Finalmente, el Tribunal Supremo les ha dado la razón y la pareja ha podido llamar Q a su pequeño.