No necesitó sábanas enroscadas ni túnel excavado con una cuchara. En Nueva York, un detenido encontró una forma mucho más simple de escapar: preguntando dónde estaba la salida. El sospechoso, que era juzgado por una serie de crímenes y estaba vestido de traje para la ocasión, entró a la sala del tribunal y preguntó a un empleado: Dónde está la salida?, informó el New York Post.
Tomándolo por un abogado, el empleado lo condujo hasta el patio de entrada, desde donde el hombre tranquilamente salió a la calle y se fue a casa de su madre en Manhattan.
La mujer de 81 años contó al diario que el hombre se cambió y se fue. Pensé que lo habían liberado, porque estaba ¡tan bien vestido!, dijo.