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Si observas detenidamente a tu hijo durante un tiempo y ves que es incapaz de quedarse quieto por un momento para desarrollar cualquier actividad, por ejemplo, comer sentado por una hora, sabrás que tiene cierto nivel de .

A las personalidades hiperactivas les cuesta mucho trabajo ser organizados y no pueden enfocar su atención a una sola actividad. La mejor forma de lidiar con estos es brindándoles toda la guía y atención que sean posibles. Consulta con especialistas para remediar esas conductas con consejos como estos:

1. Establece límites sin castigos. Enséñales que cada acción, sea positiva o negativa, tiene una consecuencia. Indícales un tiempo establecido para cumplir con cualquier propósito. Si todo transcurre con normalidad, reconoce sus esfuerzos con una recompensa. Si no cumple con el objetivo, no lo castigues. Al contrario, enséñale que lo apoyarás sin dudar. Poco a poco el niño comprenderá que en todo lugar hay reglas.

2. Enséñale a poner atención. Puedes ayudarte con juegos de mesa como memoria o sopa de letras, hazlo divertido. Explícale que todo va con instrucciones y que deberá cumplir con lo que se le pide. Será un desafío pero poco a poco tu hijo mostrará interés en los procesos hasta el momento que realice cualquier actividad.

3. Elige una actividad extraescolar. Busca disciplinas deportivas donde existan reglas para poder permanecer en ese equipo, por ejemplo, el fútbol americano, karate, natación o atletismo. De preferencia que sean al aire libre y que esa actividad dure por lo menos dos horas diarias. Así lo ayudarás a relacionarse con los demás, controlar sus emociones y cuidar su salud. Aprenderá una disciplina y a acatar y seguir las reglas.

4. Refuerza la estabilidad familiar. Una familia unida es lo más importante. Demuéstrale a tu hijo que no es bueno actuar con ira, actúa con el ejemplo. Evita llevar a tu hijo a lugares encerrados y que pase largas horas en un mismo lugar o realizando la misma actividad, la cual no podrá terminar.