Hay y universitarios, tanto hombres como mujeres, que toman como prioridad mantener una buena figura física centrada en la belleza y la aceptación.

Cuando se muestran señales de restricción, selección, inapetencia, malos hábitos de alimentación o despreocupación por lo que se come, los padres de familia debemos conversar con ellos y explicarles por qué es importante su nutrición. Pero, sobre todo, darles la seguridad en que una adecuada nutrición no elimina la posibilidad de alcanzar una buena figura y belleza. Una alimentación sana y adecuada logra estos objetivos, sin descartar dar al cuerpo todos los nutrientes de manera suficiente.

Si sospechas que su hija está muy centrada en las dietas, la figura, lo saludable en exceso o manifiesta que debe eliminar alimentos que, por lo general, se asocia con “engordar” sustentando que le caen mal, son alertas que requieren atención para prevenir un trastorno de la conducta alimentaria. Puedes leer más en mi libro “Comer para vivir o vivir para comer”.

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