La etapa de vida en la que se encuentra una persona es clave para tomar decisiones de inversión acertadas. No todo se trata de ahorrar para la jubilación; tal vez su objetivo sea comprar una casa, asegurar la educación de sus hijos o crear un fondo de emergencia. Ricardo Gallo, CEO de INANDES Grupo Financiero y autor de Guía del Inversionista Confundido, comparte consejos prácticos para reconocer en qué momento está y tomar decisiones más inteligentes, adaptadas a sus objetivos, ya sean a corto, medio o largo plazo.

JUVENTUD. Cuando se comienza la vida laboral, una persona tiene la capacidad de asumir más riesgos en sus inversiones para lograr un crecimiento rápido de su capital. Con el tiempo, a medida que aumentan las responsabilidades y la necesidad de estabilidad, se buscan opciones de inversión más seguras.

JUVENTUD ADULTA. En la etapa en que se forma una familia, contar con un seguro de vida es fundamental para garantizar que los seres queridos estén protegidos ante imprevistos. Este tipo de cobertura asegura el bienestar de la familia en caso de cualquier eventualidad. Cuanto antes se inicie, más bajo será el costo y mayor será la seguridad financiera para los beneficiarios.

ADULTEZ TEMPRANA. A medida que las personas avanzan en la vida y enfrentan más responsabilidades, como la compra de una casa o la crianza de hijos, es importante comenzar a pensar en el futuro y en los gastos médicos. Iniciar un fondo de salud es clave para afrontar cualquier imprevisto médico sin afectar la estabilidad financiera.

ADULTEZ MEDIA. Cuando una persona alcanza la adultez media, el enfoque debe estar en dejar un legado para las futuras generaciones. Comenzar a ahorrar e invertir temprano permite crear un patrimonio y transmitirlo a los hijos o familiares sin que esto implique un costo elevado o el sacrificio de otros planes.

ADULTEZ AVANZADA. En la adultez avanzada, los padres deben pensar en asegurar el futuro educativo de sus hijos. Es crucial empezar a ahorrar para la universidad u otros proyectos educativos a tiempo, para que los niños puedan continuar su formación sin que las dificultades financieras interrumpan sus planes.

2 años es el plazo de una inversión a corto plazo; 5 años a mediano plazo y más de 6 años a largo plazo.

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