La tuberculosis, causada por la bacteria conocida como el bacilo de Koch, afecta principalmente los pulmones y, en casos más severos, puede comprometer otros órganos vitales como el cerebro, la columna, los huesos y los riñones. Considerada una de las diez principales causas de muerte a nivel mundial, la tuberculosis se presenta como un problema de salud pública sin distinción de género, edad o condición social.

Anualmente, alrededor de 30 mil peruanos reciben el diagnóstico de tuberculosis, colocando al país en la segunda posición con mayor incidencia en latinoamérica. Según el MINSA, el 56% de los casos de tuberculosis diagnosticados se concentran en Lima Metropolitana y Callao. A nivel global, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que 10.6 millones de personas enfermaron de tuberculosis en el último año, resultando en 1.3 millones de fallecimientos. Alarmantemente, 167,000 de los afectados también tenían coinfección con el VIH, agravando aún más la situación.

Según María del Carmen Ferrufino, del área médica de Roche Diagnóstica, la alta prevalencia de la tuberculosis subraya la urgencia de implementar herramientas e intervenciones innovadoras que puedan acelerar los esfuerzos hacia la disminución de los casos y la mortalidad asociada.

Las personas con defensas bajas, ya sea por una alimentación inadecuada o condiciones médicas como VIH, diabetes mellitus, desnutrición, insuficiencia renal crónica o cáncer, son más propensas a desarrollar la enfermedad. Los síntomas incluyen tos persistente, dolores torácicos, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos”, explica la experta.

La OMS lanzó la “Estrategia Fin de la TB”, cuyo objetivo es reducir las muertes por tuberculosis en un 95% y los casos nuevos en un 90% entre el 2015 y el 2035. La institución destaca la necesidad de aumentar la capacidad de pruebas diagnósticas, siendo las plataformas moleculares de alto rendimiento beneficiosas, especialmente durante emergencias sanitarias como la pandemia de COVID-19, desempeñando un papel crucial en los esfuerzos para eliminar la tuberculosis para 2030.

Asimismo, la doctora Ferrufino destaca que ahora existen soluciones diagnósticas para la TB que pueden ayudar a que los pacientes sean tratados de forma oportuna. Algunas de ellas son la prueba diagnóstica in vitro automatizada que detecta la infección por TB, y la prueba de farmacorresistencia detecta la resistencia a los medicamentos usados en el tratamiento antituberculoso.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR