Con el objetivo principal de reunirnos, pero sobre todo de apreciar, valorar y promover las conexiones familiares, cada segundo domingo de septiembre celebramos en el Perú el Día de la Familia. En el marco de esta fecha, reflexionamos sobre cuán importante es pasar tiempo juntos de manera habitual.
Pasar tiempo de calidad con la familia es vital a nivel personal y emocional, pero va más allá de compartir un espacio físico, sentarnos juntos a ver televisión o compartir una comida. Se trata de generar una conexión emocional, con conversaciones profundas donde nos sintamos libres de expresar nuestro interés y afecto, de ser escuchados, de conocernos mejor y crear armonía familiar.
“Qué importante es desconectarnos del celular, del trabajo, de las preocupaciones para volver a conectar unos minutos con nuestros hijos”, resalta Fiorella Macalupu, especialista en Desarrollo Emocional y Convivencia de Innova Schools. “Es una etapa de muchos cambios, donde los niños y niñas necesitan acompañamiento, tienen dudas y no debemos tener miedo a darles la información que ellos nos piden. Necesitamos guiarlos y apoyarlos”.
Para lograr estos momentos de calidad en casa, la especialista recomienda una práctica muy común en la disciplina positiva y que se ha ido dejando de lado: las reuniones familiares. En estos espacios es importante que participen todos los miembros del núcleo familiar y se sugiere que sean semanales y de no más de 20 o 30 minutos.
La especialista recomienda iniciar cada reunión con un espacio donde los participantes puedan hacer un cumplido o agradecer por algo que otro miembro de la familia hizo por ellos esa semana. El segundo paso es preparar una agenda con temas importantes que tantos los padres como los hijos consideren oportuno abordar.
“No se trata de que sea un espacio de llamada de atención o un monólogo, la idea es conversar sobre las cosas que a veces no funcionan y que se necesita trabajar para mejorar la dinámica familiar. Todas las partes tienen que participar y se debe fomentar a que los niños y adolescente también planteen soluciones para mejorarlos”, señala Macalupu.
En este momento, se puede aprovechar también para coordinar espacios especiales para compartir uno a uno o en familia y finalmente, se puede terminar la reunión con una actividad divertida, ya sea un juego o una canción.
“Cuando escuchamos a nuestros hijos, los respetamos y los dejamos que busquen soluciones, ya estamos dándoles herramientas para trabajar aspectos socioemocionales que los ayudan a desarrollarse mejor en la sociedad”, señala la especialista en Desarrollo Emocional y Convivencia de Innova Schools.
Sin embargo, resalta que no debemos olvidar que escuchar implica también respetar, sobre todo en los adolescentes. Muchas veces ellos nos dicen cómo se sienten y, en ocasiones, los papás no valoramos sus ideas y emociones porque los leemos desde nuestra perspectiva de adultos. Es importante recordar que ellos tienen otra visión y debemos guiarlos y orientarlos desde esta.
Finalmente, Macalupu nos recuerda que no debemos olvidar que los niños interiorizan lo que hacemos sobre lo que decimos. Por ello, es importante ser consecuentes con nuestras acciones, aprender como adultos a autorregularnos, a escuchar y a pedir perdón cuando nos equivocamos, para que ellos también lo puedan replicar en su entorno social.