Tuvo una infancia bastante difícil y trabajó en diferentes gasolinerías de Estados Unidos luego de varios negocios fallidos. Allí se dio cuenta que los viajeros paraban frecuentemente para comer, por lo que decidió abrir un pequeño restaurante a los 40 años, siendo su plato estrella el pollo frito. Pero todo se vino abajo cuando la construcción de una nueva carretera alejó a los autos de su local, dejándolo en bancarrota. Sin embargo, confíado en su receta y con el poco dinero que le quedaba, decidió arriesgarse a los 60 años y empezar de nuevo. Rápidamente su pollo frito se hizo conocido y en 1964 ya se había convertido en una franquicia millonaria.
Harland Sanders