Los menores empiezan a adquirir confianza en su propio hogar.
Todos los padres quieren siempre lo mejor para sus hijos. Todos buscan que sean exitosos en lo que se proponen, pues asumen sus logros como si fueran de ellos y eso los llena de satisfacción.
Esto es más que evidente cuando se habla de la elección profesional ya que, una vez alcanzada la adultez, el éxito será en el mundo sociolaboral.
Pero esto no llega por sí solo, pues para que ellos consigan sus metas tienen que ser personas seguras, independientes y con claridad en sus objetivos.
Sobre el tema, Karla Martell Zapata, consultora organizacional de Perfil, indica que el papel de los padres es importante desde la infancia, en que el principal rol pasa por brindarles bases sólidas para la construcción de su personalidad: amor, autonomía, responsabilidad y límites.
El primer lugar para que los padres participen en la educación de sus hijos es el hogar. No es necesario ser ingeniero o médico para participar con ellos de las actividades escolares, basta con que les prestemos la atención debida cuando tengan alguna duda, demostrando e incentivando su curiosidad mediante la lectura y, además, cerciorándonos de que hagan sus tareas. En cada joven influyen factores individuales y sociales, pero es la familia la que tiene mayor influencia.
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