La falta de este mineral afecta principalmente el cerebro, así como el sistema inmunológico.
Los cuidados alimenticios de una mujer durante el embarazo no sólo son para fortalecer sus defensas y tener un parto con menos riesgos, también son para lograr un buen desarrollo del bebé. En ese caso, el consumo de hierro es importante, pues evita la anemia durante la gestación, muertes maternas, nacimientos prematuros y partos complicados.
El hierro es un componente fundamental de la hemoglobina, transporta el oxígeno a todo el organismo a través de la sangre; por ello, cuando falta, el cuerpo manifiesta síntomas de fatiga, cansancio, dolor de cabeza y falta de aire al realizar actividades físicas. La Organización Panamericana de la Salud señala que un bajo consumo de hierro en el embarazo no sólo pone en riesgo la salud fetal del niño, sino todo su organismo luego del nacimiento, provocando en él un déficit nutricional que afectaría su crecimiento, retardando su desarrollo psicomotriz y sus facultades para explorar sus capacidades cognitivas, afectando su rendimiento escolar.
Por ello es importante consumir complementos vitamínicos, ya que comer sólo carnes, legumbres, leche y otros productos ricos en hierro no son suficientes para cubrir las necesidades que requieren tanto la madre como el bebé.