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El desayuno es importante para comenzar bien el día, pero debe ser una alimentación que contenga un valor nutricional importante. Por ejemplo, consumir cereales, productos lácteos como leche, huevo, mantequilla, ayudará a proveernos de energías, lo cual nos permitirá estudiar y trabajar con cierto nivel.

 

“El cuerpo necesita diferentes nutrientes para que realice todas sus funciones básicas sin ninguna dificultad. Por eso, el desayuno lo debemos tener como prioridad, ya que es el primer alimento del día, recordando que venimos de un ayuno de ocho horas en donde no hemos probado nada de comida ni agua”, comentó Neliza Zúñiga, nutricionista de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS).

 

Igualmente recomienda que en la media mañana se debe consumir una fruta o un vaso de yogurt que ayudará a controlar el peso y a mejorar el rendimiento en la universidad o en la oficina. En el almuerzo, se debe consumir algo más completo, resistente y no consumir muchas frituras de manera constante porque alterarán la composición química.

 

También debemos tener presente que es mucho más saludable almorzar una fuente de proteínas como pollo, pescado, carnes blancas, pavita así como porciones de verduras, algunos cereales en base a trigo, kiwicha. No podemos dejar de lado los tubérculos como la papa, yuca, camote y es necesario consumir menestras como lentejas, garbanzo, frejoles.