La es la principal barrera de defensa del organismo, puesto que protege de los virus, bacterias y demás amenazas que sufre diariamente. Por ese motivo, al ser el órgano más grande del cuerpo, debe ser con diversas vitaminas que se adecúen a sus necesidades. Sisi Cuadra, del Centro de Medicina Estética de la Clínica Ricardo Palma, explica cuál son las más recomendadas y sus múltiples beneficios.

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Vitamina C: Estimula la inmunidad y aumenta las defensas del organismo, reduce el daño oxidativo (radicales libres), transporta oxígeno e hidrógeno, teniendo efectos antioxidantes, favorables para una vida saludable. Su acción inmunodefensiva contra virus y bacterias, participa en la regeneración y recuperación del organismo. Además, ayuda a la desintoxicación hepática facilitando la eliminación de toxinas.

Vitamina B3: Prepara y protege la piel del sol, previniendo las alergias solares.

Vitamina B6: Equilibra las pieles grasas, reduciendo la secreción de las glándulas sebáceas.

Vitamina A: Favorece la cicatrización, la suavidad y refuerza las defensas naturales.

Vitamina E: Retrasa el envejecimiento cutáneo, es la vitamina antioxidante principal.

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¿Cómo aplicar?

Para el uso y aplicación de vitaminas se debe consultar primero con un especialista, quien tras una evaluación tendrá en cuenta el tipo de piel, la edad y necesidad específica de cada persona.

Consejos para una piel sana

  1. Alimentación saludable: Mantener una dieta rica en frutas y verduras. Se recomienda consumir alimentos ricos en hierro para aumentar las defensas (como la carne, el huevo y las legumbres) y cítricos, que contienen Vitamina C.
  2. Hidratación: Es importante beber de 2 a 3 litros diarios de agua, así como hidratar nuestra piel con cremas y sueros.
  3. Actividad física: Realizar ejercicios ayuda a fortalecer el organismo y activa las defensas al segregar endorfinas y adrenalina.
  4. Calidad del sueño: El descanso es fundamental para que el cuerpo se recupere y nuestras defensas respondan. Lo recomendable es dormir unas ocho horas diarias.
  5. Activa la circulación: Termina tus duchas con agua fría sobre las piernas para estimular la circulación. Esto aumenta la producción de glóbulos blancos y ayuda a reforzar el sistema inmune.

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