Me ha tocado ver niños pequeños que cargan biberones llenos de gaseosa o padres que incluyen esta bebida en la mesa cuando disfruta de un pollo a la brasa o parrilladas. Sin embargo, no estamos calculando el impacto que podría tener este producto en los huesos y dientes de los niños y la disponibilidad de calcio (aistribución del calcio corporal) en los adultos si se exagera su consumo.
Las gaseosas de cola y otras similares no contribuyen con la nutrición infantil, lo negativo no está en el gas ni se limita al alto contenido de azúcar, sino a otros agregados químicos como el ácido fosfórico que, cuando estamos expuestos a este con frecuencia y en exceso, podría afectar el balance de calcio y favorecer la descalcificación de los huesos.
Hace falta más estudios sobre sus efectos. Consumir eventualmente un vaso de estas bebidas no debería afectar el crecimiento o la salud, pero si a diario ingerimos varios vasos podría ser perjudicial.
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