¿Por qué me duele tanto la espalda?

Hay un hecho científico irrefutable: casi todos nosotros sufriremos de dolores de espalda en algún momento de nuestras vidas. Es un problema que se remonta a unos cuantos millones de años, cuando nuestros ancestros comenzaron a caminar en dos pies. Entonces, la columna debió adoptar una forma de S, la cual ejerce mayor presión en algunas vértebras.

Si la situación descrita ya es de por sí un factor de riesgo, las posibilidades de generar complicaciones en la espalda se incrementan cuando levantamos con frecuencia cargas demasiado pesadas o nuestra masa corporal tiene kilos de más. Además, según el Instituto nacional de artritis y enfermedades musculoesqueléticas de EE.UU. (NIH), hay otros factores que favorecen el desarrollar dolor de espalda:

1. La edad. Al hacernos mayores, aumentan las probabilidades. Las primeras molestias suelen aparecer a los 30 o 40 años.
2. Mal estado físico. Los dolores son más comunes en personas que no practican deportes o tienen una vida sedentaria.
3. La herencia. Enfermedades como la espondilitis anquilosante, una forma de artritis que afecta la espina, pueden tener origen genético.
4. El trabajo. Si estás todo el día en un escritorio y no te sientas derecha, crece el riesgo.
5. El cigarro. El humo impide que los huesos de la espalda reciban suficientes nutrientes, mientras que la tos propia de los fumadores compulsivos es capaz de generar afecciones.

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