Chuparse el dedo es un acto innato en los bebes, pero si este hábito es muy intenso y constante puede causar malformaciones tanto en el paladar como en los dientes.
“Puede ocasionar mordida abierta anterior (dientes de adelante no contactan), dientes separados, dientes sobresalidos, mordidas cruzadas anterior y posterior (invertidas) y labios flácidos”, detalla Jessica Díaz Lúcar, ortodoncista de Estética Dental Ríos.
Si estas malformaciones no son tratadas, los niños pueden presentar problemas dentales y faciales que demandarán un tratamiento complejo.
PREVENCIÓN
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