A través de los años las conexiones entre el arte, la moda y la cultura han sido evidentes. Estas relaciones las encontramos en el trabajo del reconocido diseñador peruano Sergio Dávila, ganador del “Fashion Group International Rising Star 2009″ en Nueva York y embajador de la Marca Perú. “A mí personalmente y a algunos de mis colegas nos gusta respetar la iconografía del artesano y, de repente, inspirarnos en su trabajo y hacer un ‘twist’, un cambio, pero con su propio estilo, más no una copia”, expresa desde la ciudad imperial de Cuzco.
Diario OJO conversó con el destacado modisto, recordado por ser el primer peruano en abrir una tienda en ‘la Gran Manzana’ y por sus múltiples participaciones en el New York Fashion Week, sobre su trabajo junto a artesanos del interior de nuestro país, del posicionamiento de la moda peruana a nivel internacional y de su visión empresarial de talentos emergentes.
Asimismo, Dávila nos brindó más detalles de su concep store, un espacio ubicado en pleno ombligo del mundo (Calle Saphi 154, Cusco) donde exhibe sus prendas únicas y con su sello impecable, junto a otras marcas, entre ellas, la línea de suéters Muna, piezas del artista plástico Fito Espinoza y las carteras y artículos de cuero Gabuteau. El objetivo de su proyecto es que tanto locales como extranjeros valoren los diseños nacionales.
Por años radicaste en Nueva York, ¿qué te motivó a establecerte en Cuzco y abrir una tienda?
El mundo ha cambiado mucho. El estilo de vida que uno quiere ahora es estar en una ciudad que tenga arte, música, gastronomía y todo, pero que también tenga lugares de esparcimiento al aire libre y eso es lo que tiene Cuzco. Puedes irte un sábado al valle y tienes ríos, campo, montañas y muchas cosas lindas para ver. Pero si quieres algo más cultural, entonces te vienes a la ciudad. Estamos acá para impulsar todo eso y ser parte de la cultura de Cusco.
¿De qué manera consideras que la tecnología está transformando la industria de la moda?
Nosotros sí usamos tecnología, pero tratamos que la puntada final sea del artesano. Por ejemplo, toda nuestra tema de alfombras (de su línea ‘Hogar’) las hacemos en telar. También estamos trabajando tejidos de punto a mano de artesanos de diferentes zonas del Perú. La máquina no puede competir con eso porque ese detalle se siente al tacto. Aunque también hay cosas que sí son hechas a máquina con las fibras peruanas, como un jacquard, y es algo bonito. La moda y la tecnología se complementan.
¿Cómo se percibe al diseño peruano en el extranjero?
Perú siempre ha tenido muy buena producción de ropa y de buena calidad. Muchos de los jóvenes que se han convertido en diseñadores de moda han estudiado la carrera. Algunos son hijos de fabricantes, costureros, artesanos, sastres, etc. Estos chicos están usando las técnicas de sus ancestros juntándolas con tecnología de punta. Entonces, tenemos esta moda que es única. Yo creo que Perú tiene un estilo que es único a nivel mundial.
¿Cómo te reinventaste en tiempos de pandemia?
Hicimos muchas piezas a medida, mis clientas las compraban incluso para usarlas dentro de casa. Ellas nos ayudaron a mantenernos y a poder seguir dando trabajo a nuestros artesanos, sastres y costureras. Gracias a esas clientas peruanas que realmente valoran el producto nacional y no solo por un tema de moda, sino también por un tema de continuar esta tradición, que no se acabe el telar, que no se acaben las técnicas de tejido que hacen en esta zona del Perú porque ese es nuestro gran tesoro.
¿Por qué decides apostar por un concept store?
Porque es muy divertido, cada marca tiene su estilo así que no competimos, cada quien tiene su ADN bien marcado. Por ejemplo, el ADN de la marca Muna es muy distinto al de Sergio Dávila y lo notas sin el logo, simplemente viendo el corte y los dibujos en las telas. En la tienda, cada artista o diseñador hace su evento una vez al mes, así que siempre estamos activos y estos eventos traen público nuevo. Hacemos sinergia en todo. Nos descubre gente nueva, eso es lo increíble.
¿Qué marcas forman parte de tu tienda?
Aparte de mi marca tengo: la línea de suéteres Muna, productos del artista plástico Fito Espinoza y la línea de carteras y artículos de cuero Gabuteau.
¿Cuál es tu objetivo con tu espacio multimarcas?
Nuestra idea es entrar con fuerza al Cuzco con el tema de moda y arte y seguir apoyando a otros artistas que estén acá para que Cuzco suene a nivel mundial; que la gente no solamente venga a ver las maravillas del mundo y la gastronomía, sino también que se lleven un recuerdo del Perú de diseño y de alta moda.
¿Qué tan valorada es la moda en nuestro país?
Actualmente, la moda peruana está como estaba la gastronomía hace 15 años, pero ya vemos la luz. En pandemia mucha gente no podía viajar y descubrieron a diseñadores peruanos porque comenzaron a comprar acá, ya no tuvieron que irse a otro país, y muchos de esos clientes se han quedado con nosotros. Eso es muy bueno porque están consumiendo producto peruano. Y al cliente extranjero, que viene a ciudades como Cuzco, realmente le parece muy lindo lo que hacemos porque es distinto a todo lo que han visto en el mundo.
Tú eres un trotamundo nato. ¿Tienes planeado viajar dentro de poco a otro país o, por ahora, tenemos Sergio Dávila en Perú para rato?
Lima y Cusco siempre van a ser mis bases principales. Aunque la prensa extranjera decía que yo era el peruano basado en Nueva York, mi base es Perú.
¿Qué mensaje le darías a los chicos que quieren destacar en la carrera del Diseño de Modas?
Que es una carrera increíble y hay mucho futuro. Les diría que cuando creen algo piensen en hacer lo mejor. Si confeccionan corbatas, que sean los mejores haciendo corbatas. Que la primera prenda que creen sea el sol de su colección que será un sistema solar. La gente siempre dirá, “él es el mejor haciendo vestidos de novia” o “él hace los mejores zapatos”. Hay que empezar por algo, no disparar por todos lados. Yo tuve la suerte de que el premio que gané, “Fashion Group International Rising Star 2009″, fue gracias al tejido de punto peruano y gracias a la gente que trabajó conmigo. Les pareció innovador. Presenté unos sacos de vestir con tejido de punto y decían, parece tela plana, pero era el tejido, la forma en cómo lo habíamos hecho, que los hacía unas pieza cómodas. Les gustó mucho.
DATO
Sergio Dávila trabaja con la marca Itessa, que se distingue en el mercado por su inagotable capacidad en la combinación de fibras y la creación de nuevos hilados.
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