Los restos de Mercedes Sosa recibieron ayer el último adiós y fueron cremados en el cementerio porteño de Chacarita, en medio de efusivas muestras de cariño, admiración y respeto de la gente a la voz de Latinoamérica, que ya se erige como leyenda.
El cortejo fúnebre que trasladó el féretro recorrió las calles de la ciudad de Buenos Aires hacia el cementerio de Chacarita, recibiendo a cada momento aplausos y emoción.
En el cementerio se llevó a cabo un responso religioso para los más íntimos, al tiempo que cientos de personas esperaron afuera del templo. Con tristeza y emoción, muchos cantaron y algunos hasta bailaron los temas del cancionero folclórico y popular argentino y latinoamericano que ella interpretó durante sus casi seis décadas de trayectoria.
Sus cenizas serán esparcidas en Tucumán, Mendoza, donde se afianzó el movimiento de la nueva canción que lideró, y Buenos Aires, lugar en que residió desde los años 60.