“Debe ser triste vivir del recuerdo”
“Debe ser triste vivir del recuerdo”

Raphael a sus 71 se reinventa una vez más. El astro español, que vuelve a Lima con su espectáculo “De amor y desamor” el 27 de abril en el Jockey Club del Perú, presenta sus canciones clásicas con nuevo arreglos en un disco de colección . “Es una manera de seguir vivo en la carrera”, afirma el eterno “niño de Linares”.
- Mucha gente piensa que usted es un divo.
Ser divo debe ser muy molesto, soy una persona muy normal, que tiene mucha ilusión por lo que hace, con una vida muy centrada en su profesión, en su familia y en el público por supuesto.
-Y además es un artista pendiente de su carrera, de lo que hay de nuevo y con el disco “De amor y desamor” se reinventa, grabando sus clásicos en nuevas versiones.


Estoy cumpliendo el maravilloso sueño de volver a grabar las canciones que me gustan y no he tenido que pasarlas por máquinas, remasterizarlas, que les hagan trucos, no. He grabado acompañado por la Orquesta Sinfónica de la Televisión Española porque puedo. He llegado a un momento en mi vida que puedo hacerlo y eso es lo más maravilloso que me ha ocurrido, no vivir del recuerdo; vivir del presente.
- Debe ser muy difícil para una artista vivir del recuerdo.
Es difícil y muy triste vivir solo del pasado, de no poder hacer lo que hacías antes, yo sí lo hago.
- Realmente es un privilegiado, hay cantantes que tuvieron voces muy grandes que las perdieron. ¿Algún secreto para eso?
Hay que cuidarse, no todas las naturalezas son iguales. Si a ti te importa lo que haces, si tu carrera te importa y no es un juego y quieres que dure debes cuidarte. Yo me he cuidado siempre, este es el premio.
-Y el premio también es volver al cine este año dirigido por su paisano Alex de la Iglesia, un director poco convencional.
Me convenció con la única arma que a mí se me puede convencer, presentarme algo concreto. “A mí no me hables de hacer películas, mándame un guión, dime qué es lo que quieres, enséñamelo”, le dije a Alex. Y me mandó el guión, me entusiasmó, voy a hacer un cine diferente a lo que hacía, estoy tocando un palo que nunca toqué. Filmé cintas románticas, y “Mi gran noche” es una película trepidante, divertida, el público va a reírse totalmente.
- En la que encarna a un ídolo famoso, un divo. ¿No es Raphael?


En absoluto. Interpreto a uno de esos ídolos que no me gustaría ser, no tendría chiste que me caracterizara a mí mismo, me interesa que me crean el papel y todo lo bueno que tiene. Alex es un fan mío de toda la vida, hay mucha química entre nosotros, confío en el buen resultado de la película.
- Volviendo al nuevo disco, su hijo Manuel Martos es el productor ejecutivo. ¿Es fácil trabajar con el hijo?
Para mí resultó muy fácil porque tenemos criterios parecidos, es un niño que tiene muy buen gusto. Además, me dice las cosas como son.
- Y el papá acata las órdenes del productor así no le guste.
Tampoco es así, para eso se conversa y nos ponemos de acuerdo, no hay discusión posible con él porque cuando me dice algo siempre es lo correcto.
- ¿Es verdad que sus nietos no lo llaman abuelo?
Me llaman Raphael como todo el mundo, a ellos los llamo por su nombre, no les digo nietos.
- ¿No es una coquetería por la edad? Aunque siempre afirma que no puede ocultarla, solo basta ingresar a Google y sale.
Es la que hay y lo importante es lo bien que estoy. A mi edad sigo buscando la perfección, siempre pensaré que no la he alcanzado aún.