La muerte de Arturo Zambo Cavero cayó como baldazo de agua fría a su amiga y compañera de jaranas Lucila Campos. La criolla, que hace poco sufrió la amputación de unas de sus piernas debido a complicaciones con la diabetes, no pudo despedirse de su amigo ya que sus hijos evitan que tenga emociones fuertes que perjudiquen su salud. Ella ya lo sabe y gracias a Dios está tranquila, pero obviamente le apenó la noticia. Ya lo veía venir, sabía que esto tenía que pasar y lo está asimilando. Mi hermana está con ella, porque no queremos que se le suba el azúcar y se ponga mal, dijo su hijo.