Raphael, el divo inagotable de España, el más grande de la canción romántica, tiene claro qué debe tener un tema para que acepte grabarlo y forme parte de su repertorio. “Que al escucharlo por primera vez se me pongan los pelos de punta y la piel de gallina, esa es la condición. Da igual como se llame, o quién la escribió, solo si lo siento, la grabó”, dice el artista que ofrecerá un concierto el próximo 5 de marzo en el Círculo Militar del Perú, y habló con OJO desde Madrid.
¿Para seguir en los escenarios y estar vigente hay que reinventarse. En el anterior disco por sus 60 de carrera cantó a dúo con gente joven y se rodeó también de productores jóvenes.
Claro, porque soy muy curioso, me gusta todo lo que sale, quiero verlo, quiero oírlo, después digo me gusta o no me gusta, mejor dicho no digo nada porque soy bien educado. Hay que conocer todo lo que sale porque es lo que te hace estar así, vigente siempre y que no se te olvide nunca cómo eres tú. O sea, no trates, de que porque tal artista tenga éxito en ese momento, tratar de cruzar ese camino para irte al lado de él, no.
En los últimos años hemos visto muchos de sus colegas que se montaron a la tendencia.
Ves mucha gente, pero esa gente dura muy poco. Raphael tiene que estar en Raphael, siempre, pero naturalmente siempre estando súper moderno y siempre en el lugar. Pero siempre Raphael tiene que representar a Raphael porque es lo que la gente quiere. La gente que va a verme a mí no quiere ver a otro en ese momento.
Cuando uno escucha “Que sabe nadie”, “En carne viva”, “Como yo te amo”, interpretada por jóvenes en los realitys de canto actuales, allí se comprueba la vigencia, ellos no eligen los temas que están de moda.
¿Sabes lo que pasa?, que esas canciones son mejores, inteligentes, hay artistas que son de ahora, que sus canciones pues no dicen nada, y cuando los cantantes jóvenes tienen que dar la cara de verdad en algún sitio, en un concierto, buscan un tema de antes aunque sean de otra persona, de otro artista, porque son buenas canciones.
Un concierto de Raphael dura tres horas, a los 80 su vitalidad es inagotable. Esa capacidad me lo dio Dios, no es nada forzado. Yo soy así, siempre lo he sido y siempre lo voy a ser. He conservado mi voz bien, he tenido mucha suerte también, lo que si te digo, es que no me voy a retirar nunca, jamás. Naturalmente yo entiendo que un día me tendré que marchar a mi casa, pero yo no pronunciaré la palabra retiro, porque yo moriré artista. No me voy a retirar de nada, me retirarán, pero yo no podría, no tengo fuerzas para eso.
Hay que trabajar mucho para que ese público te dé su anuencia, ese respaldo a 61 años de carrera. No es fácil. No, fácil no lo es, a mí sí me ha sido fácil en el sentido de que me llegó pronto todo esto, pero lo he tenido que trabajar muchísimo, me he tenido que cuidar muchísimo; de esa forma puedes llegar a los años que yo tengo ahora mismo y en plenas facultades y teniendo la voz que has tenido toda tu vida. Hay que decir no a muchas cosas.
¿Cuáles, por ejemplo? No ir de vacaciones al desierto, no ser un aventurero, no se puede, no se puede hacer, hay cosas que hay que sacrificarlas, y yo las sacrifico gustoso porque lo que quiero es estar bien.
A los que se les veía bien son a Perales y Serrat, pero decidieron emprender la gira del adiós. Finalmente es una decisión personal.
Cada uno decide lo que le importa, la situación en la vida, y su familia, y todas esas cosas, naturalmente cada uno elige su forma de empezar y su forma de terminar. Yo ya me adelanto para que no me lo pregunten. Yo no voy a retirarme jamás. señores. Me tendré que ir, pero será porque me ponga mal. Pero yo no me iré. No. No lo concibo. No tengo la valentía de irme, porque es un acto de valor tremendo. Ni puedo hacer una gira de despedida porque estaría llorando todo el día.