Un grande de la salsa se arrodilló ante un grande de nuestra música criolla. Ese fue el gesto de amor y humildad del famoso cantante panameño Rubén Blades hacia el artista peruano que tanto admiró y quiso, Arturo Zambo Cavero, a cuyo velorio asistió ayer, generando una tremenda movilización de todos los medios de prensa.
A las 12:30 del mediodía el intérprete de Maestra vida ingresó al hall del Museo de la Nación. Luego de darle el pésame a las hijas del Zambo, el panameño se arrodilló ante ellas y luego repitió el gesto ante el féretro en que yacían los restos de su querido amigo. Oró y luego se acercó hacia él para darle el último adiós.
Rubén Blades contó que cultivó una hermosa amistad con nuestro cantante desde que eran muy jóvenes y Cavero lo invitaba a las jaranas que armaba en su casa en Barrios Altos. Por eso, lo primero que hizo Blades al llegar a Lima el jueves por la noche, fue preguntar por el Zambo. Esa noche el criollo agonizaba en el Hospital Rebagliati.
Uno tiene que reconocer los valores nacionales que tiene, y él es un valor del Perú. Siento mucho esta pérdida, declaró consternado en su primera reacción al enterarse de la muerte del moreno.
Eramos muy amigos y como siempre, esta vez tenía muchas ganas de visitar al maestro Cavero, quise ir a verlo al hospital al enterarme que estaba enfermo, dijo.
Permaneció en el hall del Museo de la Nación sólo 5 minutos. Luego abandonó el velorio rápidamente para irse a preparar el concierto que ofrecería horas después en el Monumental.
Le voy a dedicar un tema esta noche, nos dijo. Mis respetos para su familia. Es una gran pérdida para todos los peruanos, su música siempre estará inmortalizada para todos los que lo conocieron como yo. Es una verdadera lástima su partida, dijo el ídolo de la salsa en el mundo.