La muerte cerebral significa que el cerebro del paciente ha dejado de funcionar. Esta situación clínica es diferente al estado de coma, del que el paciente sí puede rehabilitarse. Para concretar un trasplante se necesita que haya compatibilidad entre donante y receptor, esto significa que deben tener el mismo tipo de sangre, similar peso y talla y aspectos clínicos evaluados por un equipo médico.