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El comerciante Juan Matías Calderón Ayora (53) fue asesinado de un balazo en la cabeza delante de su hijo por un grupo de sicarios, en San Juan de Lurigancho.
A las 9:30 de la noche del lunes, Calderón Ayora y su hijo Andrés (15) regresaban a su casa situada en el asentamiento humano El Rosal, luego de trabajar del mercado Guadalupe, cuando se toparon con una balacera.
Solo faltaba una cuadra para que lleguen a su vivienda cuando cuatro sicarios corrían detrás de cuatro delincuentes haciendo disparos. Al escuchar los balazos, padre e hijo empezaron a correr para salvarse.
“Uno de ellos (sicarios) los vio correr y le metió un tiro en la cabeza a mi hermano”, declaró Luisa Calderón, hermana de la víctima.
SE SALVÓ. Contó que su sobrino se escondió en una casa, pero unos segundos después salió, vio a su padre agonizando en medio de la pista y también fue amenazado
“Uno de los delincuentes apuntó con un arma en la cabeza a mi hermano para que no pida ayuda”, reveló Gian Calderón, primo del adolescente.
El comerciante y dueño de seis puestos en el centro de abastos fue trasladado al hospital de Canto Grande, donde falleció.
Testigos revelaron que los sicarios pretendían acribillar a cuatro delincuentes, quienes estaban libando licor en las afueras de una vivienda. “Al ver a los pistoleros comenzaron a correr y empezó la persecución”, dijo un testigo.
Los familiares informaron que en el hospital no había personal especializado. “Prácticamente dejaron morir a mi padre”, expresó el hijo de la víctima.
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