Dos de los amigos murieron en el lugar del ataque y el tercero en el hospital Hipólito Unanue.
Dos de los amigos murieron en el lugar del ataque y el tercero en el hospital Hipólito Unanue.

Se refrescaban bebiendo una gaseosa helada en la vía pública, conversaban y se reían de sus ocurrencias sin presagiar que era la última noche que estaban juntos. Es que lo tres amigos fueron asesinados a balazos por dos presuntos sicarios que les dispararon a quemarropa en Santa Anita.

Por la ferocidad del ataque y, a decir por los 15 casquillos que se hallaron en el lugar, los detectives de la División de Investigación de Homicidios presumen que el móvil del triple crimen es un ajuste de cuentas.

A SANGRE FRÍA. Eran las 9:30 p.m. del viernes cuando Carlos Daniel Ceras Ccente (21), Andrés Ángelo Acuña Champi (29) y Brando Jhoncano Távara Quiroz (36) se encontraron en su barrio y decidieron tomar una gaseosa.

Compraron la bebida y se sentaron en la vereda, en el cruce de la avenida La Encalada con la calle Aimara.

Los criminales que, al parecer, seguían los pasos de sus víctimas, llegaron a bordo de una moto, se acercaron y les dispararon a matar una ráfaga de balas.

El más joven, Carlos Ceras, intentó ponerse a salvo pese a estar herido. Corrió y se desplomó sobre la tolva del vehículo de placa EUH-528. Luego los sicarios fugaron a toda velocidad apuntando con sus armas a los testigos que estaban en la puerta de sus casas.

Hasta el lugar llegaron los serenos de Santa Anita, quienes encontraron aún con vida a Brando Távara a quien auxiliaron y condujeron al hospital Hipólito Unanue, donde minutos después murió.

Ernesto Ceras, padre de Carlos Daniel, manifestó que su hijo no tenía problemas con nadie y que nunca le comentó si recibía amenazas.

AJUSTE. La Policía presume que el móvil de este triple asesinato que conmociona a los vecinos de Santa Anita es un ajuste e cuentas y que el blanco del ataque habría sido Brando Távara, quien presentaba antecedentes policiales por robo.