Así como tenía gran habilidad para camuflarse y huir de la , su última jugada, confiar en una amiga, le jugó en contra. El excomandante general del Ejército, , cayó por una dama, quien era de su entera confianza, pues había sido su secretaria personal en las Fuerzas Armadas y su asesora en el Congreso. Ella se encargaba de mantenerlo a buen recaudo en sus escondites en Lima y provincia, y de ser el contacto con su abogado y familiares.

Los sabuesos de la Dirin (Dirección de Inteligencia de la PNP) pusieron en marcha en plan “Don Aire” para ubicar al prófugo Edwin Donayre e iniciaron un seguimiento a esta dama, quien incluso había llevado cursos de Inteligencia. Así se descubrió que ella le facilitó su vivienda y la de sus parientes en Carhuaz (Áncash), donde el también excongresista estuvo buen tiempo escondido, antes de volver a Lima.

Basura

Al estilo de Maritza Garrido Lecca, quien cuidaba al cabecilla terrorista Abimael Guzmán en una casa de Surquillo, esta dama se encargaba de su cuidado personal, así como su alimentación y administrarle sus medicinas para la diabetes.

Además, ella sacaba la basura a la calle cada siete días, que incluía envoltorios de insulina. Así los detectives lograron ubicar a Donayre en Carhuaz y luego en Puente Piedra, donde fue detenido. Es más, según fuentes policiales, la insulina era obtenida a través de otros militares, incluso dentro del propio Ejército.

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