Durante el inicio de la pandemia, muchos expertos en salud alertaron de los principales focos de contagio del COVID-19 que van desde un simple apretón de manos hasta un saludo que incluye un beso. Sin embargo, también señalan que alguien podría contraer el virus si se encuentra en un espacio cerrado con otras personas, en lugares donde las partículas de saliva permanecen en el ambiente por un tiempo.
Es por ello que recomiendan, además de mantener siempre ventilados los lugares con mayor concurrencia, utilizar las mascarillas y respetar la distancia social. Ahora ha quedado demostrado, según un estudio compartido por La Razón de España, que uno de los elementos para evitar el contagio del coronavirus es que la humedad sea baja.
Esta investigación realizada por la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, asegura que dependiendo del ambiente en el que te encuentres y la temperatura de estos espacios, las posibilidades de contagio varían.
Así, en un entorno similar al de una oficina, con una humedad de alrededor de un 40% y donde la ventilación puede ingresar con mayor fuerza, el coronavirus pierde la mitad de su infecciosidad en tan solo 10 segundos. Por el contrario, en los ambientes con una humedad muy alta, la supervivencia de las partículas que contienen el virus es mayor.
Es decir que, en un baño, donde una persona ha tomado una ducha y la humedad se sitúa alrededor de un 90%, las partículas suspendidas en el aire que estén infectadas con el virus se mantienen en el ambiente hasta por 5 minutos. A los 20 minutos, alrededor del 10% del virus sigue siendo infeccioso.
Los investigadores de la Universidad de Bristol llegaron a esta conclusión luego de levitar partículas del coronavirus entre dos anillos eléctricos durante cinco segundos y 20 minutos, mediante un sistema nuevo. Estas pruebas, aseguran, llegaron a ser más fiables al comparar la infecciosidad del virus en ambientes y condiciones climáticas distintas.
“Dentro de los pulmones, la atmósfera es cálida, húmeda y rica en dióxido de carbono, a diferencia del ambiente del aire”, aseguran. En el caso de que los niveles de humedad fueran bajos, las gotas infectadas con COVID-19 se secaban rápidamente y la transmisión del virus caía de forma drástica.
“La gente se ha centrado en espacios mal ventilados y pensando en la transmisión aérea a través de metros o a través de una habitación. No digo que eso no suceda, pero creo que el mayor riesgo de exposición es cuando estás cerca de alguien”, asegura Jonathan Reid, director del Centro de Investigación de Aerosoles de Bristol y autor principal del estudio.
“Cuando te alejas, no solo se diluye el aerosol, sino que también hay menos virus infeccioso porque el virus ha perdido infectividad como resultado del paso del tiempo”, añadió.
“Si me reúno con amigos para almorzar en un pub, es probable que el riesgo principal sea que yo se lo transmita a mis amigos, o que mis amigos me lo transmitan a mí, en lugar de que alguien al otro lado de la habitación nos lo transmita”, finalizó.