El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa posa para fotografías en la biblioteca de la Academia Francesa (Academie Francaise) en París, Francia, el 09 de febrero de 2023. (Francia: EFE/EPA/TERESA SUÁREZ)
El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa posa para fotografías en la biblioteca de la Academia Francesa (Academie Francaise) en París, Francia, el 09 de febrero de 2023. (Francia: EFE/EPA/TERESA SUÁREZ)

La Academia Francesa, fundada en 1635 por el cardenal Richelieu para velar por el francés, dio oficialmente la bienvenida a Mario Vargas Llosa este jueves, con una solemne ceremonia de tradiciones centenarias que convertió al Nobel hispano-peruano en el “inmortal” del sillón número 18.

Estas son las claves de la bienvenida a los custodios de “la lengua de Molière” (quien, por cierto, nunca fue académico):

¿Por qué se llama ‘Los Inmortales’?

Creada durante el reinado de Luis XIII (1601-1643), la Academia Francesa es una de las instituciones más antiguas de Francia y sus 40 miembros -que tienen cargo vitalicio- son conocidos como “los inmortales” por el lema “À l’immortalité” (A la inmortalidad) que figura en el sello dado a la Academia por el propio Richelieu.

Hace referencia a su misión como “portadores de la lengua francesa”, que es la que realmente debe tener un carácter inmortal.

¿Cómo funciona la Academia?

Actualmente, la Academia Francesa cuenta con 35 miembros y cinco sillones vacíos. El autor de “La ciudad y los perros”, que es el primer integrante latinoamericano de la institución, ocupará el que dejó vacante el filósofo Michel Serres, fallecido en 2019.

Entre sus “confrères” (colegas) figuran, entre otros, el escritor de origen libanés Amin Maalouf; la literata Chantal Thomas; el obispo de Angulema, Claude Dagens, y la historiadora y politóloga Hélène Carrère d’Encausse, que ejerce además el puesto de “secretaria perpetua” de la institución desde 1990.

El escritor francés Marc Lambron (C), el novelista haitiano-canadiense Dany Laferriere (2do R) asisten a la ceremonia de la Académie Francaise (Academia Francesa), en París, el 9 de febrero de 2023. (Foto de Emmanuel DUNAND / AFP)
El escritor francés Marc Lambron (C), el novelista haitiano-canadiense Dany Laferriere (2do R) asisten a la ceremonia de la Académie Francaise (Academia Francesa), en París, el 9 de febrero de 2023. (Foto de Emmanuel DUNAND / AFP)

Miembros históricos y grandes ausencias: El Sillón 41

Por la Academia Francesa pasaron grandes nombres de las letras galas, como Montesquieu (nombrado inmortal en 1727), Victor Hugo (1841), Louis Pasteur (1881), Alexis de Tocqueville (1841), Claude Lévi-Strauss (1973) y Jean Cocteau (1955).

Pero en la historia de la institución también ha habido ausencias notables, desde Marcel Proust a Balzac, pasando por Baudelaire, Descartes o Zola. Es por eso que, a mediados del siglo XIX, el escritor Arsène Houssaye acuñó la expresión del “sillón 41″ para los grandes ignorados.

La función de los académicos y la polémica con Vargas Llosa

Los inmortales se reúnen una vez por semana, cada jueves, en privado y a las 15.00 horas, y su misión es contribuir al perfeccionamiento de la lengua y actualizar el diccionario.

Dado que Vargas Llosa no escribe en francés, la aceptación de su candidatura a finales de 2021 generó cierta polémica, avivada además por las críticas de parte del sector intelectual por sus posiciones políticas cercanas a la extrema derecha.

El “hábito” verde

Los académicos tienen un traje oficial conformado por una casaca y un pantalón negro o azul oscuro, cuyo signo más distintivo son las hojas de olivo bordadas en verde que decoran la tela. También cuenta con una capa y un bicornio y de su confección se han encargado ilustres diseñadores como Lanvin, Pierre Balmain, Pierre Cardin o Christian Lacroix, así como la sastrería del Ejército.

Los detalles de este “hábito académico” -común a todos los miembros del Instituto Francés, que integra también a otras academias- datan de una orden de 1801, en la época del Consulado napoleónico, si bien con el paso del tiempo sus piezas se modernizaron. Victor Hugo, por ejemplo, fue el primero en sustituir los calzones con medias de seda por pantalones, en 1848.

Las mujeres, por su parte, tienen más libertad en la elección del traje, ya que el decreto de 1801 no preveía la vestimenta femenina.

El escritor peruano y ganador del premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa (L) se da la mano con el escritor francés Daniel Rondeau (R) junto al escritor e historiador francés Pascal Ory (C) durante la ceremonia de inducción a la Académie Francaise (Academia Francesa), en París, 9 de febrero de 2023.  (Foto de Emmanuel DUNAND / AFP)
El escritor peruano y ganador del premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa (L) se da la mano con el escritor francés Daniel Rondeau (R) junto al escritor e historiador francés Pascal Ory (C) durante la ceremonia de inducción a la Académie Francaise (Academia Francesa), en París, 9 de febrero de 2023. (Foto de Emmanuel DUNAND / AFP)

La espada

Los académicos también llevan una espada, signo que los equipara a las clases nobles y la Casa del rey. Solo inicialmente las mujeres y los eclesiásticos no la portaban (algunas académicas optaron por sustituirla por objetos como bolsos o abanicos, aunque otras sí han llevado espadas).

Tradicionalmente, la empuñadura de la espada lleva símbolos que representan la vida y obra del futuro académico. A lo largo de la historia se han encargado de sus diseños grandes joyeros como Goudji, Arthus Bertrand o Cartier, pero también artistas de renombre como el pintor Pierre Soulages.

¿Cómo es la ceremonia?

La recepción solemne, cuyas tradiciones se remontan a 1640, tendrá lugar en el Anfiteatro del Instituto Francés, bajo la célebre cúpula del que originalmente fuera el edificio del Colegio de las Cuatro Naciones.

El nuevo académico pronunciará un discurso de agradecimiento y de elogio de su predecesor, en presencia de un selecto público (en el caso de Vargas Llosa, su lista de invitados cuenta, entre otros, con el rey emérito de España Juan Carlos I).

Pero una semana antes de esta ceremonia pública el protagonista ya ha tenido otra de “instalación”, en privado, en la que se asigna una palabra del diccionario al nuevo académico para que improvise una reflexión -en el caso de Vargas Llosa “Xérès” (jerez)- y se le hace entrega de la medalla de la institución.

Fuente: EFE