El serpentín de , con sus 22 kilómetros y 52 curvas que se suceden como fauces hambrientas, entre ellas la fatídica “Curva del Diablo”, siempre fue tumba de viajantes y pasajeros que buscan el norte o abandonan su casa para ver la capital.

Por eso mismo se ganó el calificativo de “Pasamayo Maldito”, refrendado por una canción con igual nombre de Nosequién y los Nosecuántos, uno de cuyos párrafos dice en la voz de Raúl Romero: “Pasamayo maldito/devuélveme a mi hijita linda/rosa angélica maría mirtaviche sabogal/. Dos mandarinitas/un guargüero y un kin-kon/que le dio su madrinita/en la garita de algún...”.

Esta vez, después de buen tiempo en modo pasivo, Pasamayo se llevó la vida de 48 pasajeros de un bus que circulaba rumbo a Lima. Tras la brutal caída por colisión con un tráiler, la locación de muerte es realmente dramática. Al fondo del barranco, con la espuma del mar como mortaja y las lágrimas de los deudos en olas de lamento incontrolables.

Y no es para menos. Generalmente un nuevo año genera renovadas ilusiones y aspiraciones de buenos momentos. Los deudos de los 48 fallecidos en este accidente solo tienen luto en el corazón. Y hay que hacerles sentir que estamos con ellos. PPK debe pasar del tuit a la acción, por favor.

Y no es para menos. Generalmente un nuevo año genera renovadas ilusiones y aspiraciones de buenos momentos. Los deudos de los 48 fallecidos en este accidente solo tienen luto en el corazón. Y hay que hacerles sentir que estamos con ellos. PPK debe pasar del tuit a la acción, por favor.