Qué tal.

Bueno, pues, Martín Vizcarra ya está instalado en Palacio de Gobierno, como reemplazante de Kuczynski y como muchos querían. Ha pasado, entonces, una crisis política que por momentos parecía amarrada con un nudo gordiano.

¿Y qué hará Keiko Fujimori en este momento? Suponemos que matándose de risa, a mandíbula batiente. ¿Y qué hará Kenji Fujimori? Suponemos que llorando a mares en los brazos de su padre, y maldiciendo por los mil demonios al “Urraco” Moisés Mamani.

¿Y qué estará pensando Alberto Fujimori? Suponemos que buscando la salida del laberinto porque no se quedará con la sangre en el ojo. Ni hablar. Su indultador ha sido expectorado del poder, su hijo y jefe de los “Avengers” ha quedado por los suelos y él mismo está flotando.

¿Y qué estará cavilando Kuczynski? Más que pensando debe estar lamentándose de todo lo que hizo, de todo lo que no hizo y de todo lo que perdió junto con la presidencia de la República. Lo peor es que ni siquiera deja un partido bien cimentado que sea su guardaespaldas. Y su bancada, ¿tenía bancada?

Por lo demás, alas y buen viento señor Martín Vizcarra. De usted y del gabinete que escoja depende lo que le toque vivir de ahora en adelante a nuestro sufrido Perú. Honre usted lo que Kuczynski prometió.

Por lo demás, alas y buen viento señor Martín Vizcarra. De usted y del gabinete que escoja depende lo que le toque vivir de ahora en adelante a nuestro sufrido Perú. Honre usted lo que Kuczynski prometió.