El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, se pasó de fresco al pedir que lo dejen circular por la vía del Metropolitano para que pueda llegar más rápido a sus reuniones y encuentros. En otras palabras, pide un privilegio mientras que el resto de los ciudadanos tiene que soplarse todo el tráfico y el descontrol en las pistas que las autoridades, entre ellas el propio burgomaestre, no logran solucionar en casi año y medio de gestión. Pero eso no fue todo, pues el caballero se puso picón porque salió a la luz su alucinado pedido y no encontró nada mejor que atacar a la prensa, a la que fiel a su oscuro estilo llama “mermelera”. Mal, muy mal, alcalde. Usted está haciendo una deplorable gestión (¿o es que acaso alguien ve obras o una gestión relevante en la capital?) y no puede culpar a los medios de la corrupción y, de paso, de su precario trabajo. Un poco de valeriana no le vendría mal mientras espera que el tráfico avance, tal como hacemos todos los ciudadanos.