Da la impresión de que, así llueve o truene, el presidente Pedro Castillo seguirá todavía alojado en Palacio de Gobierno. Y es que el Congreso tiene su propia agenda (o da esa impresión) y la misma población se muestra adormilada y poco contestataria frente al remedo de mandatario que tenemos, salpicado por cada vez más evidentes hechos de corrupción. “La red de corrupción mostrada en audios difundidos por #Combutters no tendría sentido sin la jefatura y apoyo de Pedro Castillo. Nos ‘gobierna’ una organización criminal. Si el Congreso no hace su trabajo lo hará el pueblo”, tuiteó el excongresista y exministro Juan Sheput. Aquí no se trata de posturas, ideologías o pareceres, no; se trata de liberar al país de un grupete famélico de poder (y, por ende, dinero) y hambriento de copar el Estado con partidarios o amiguetes que por lo general no cumplen los mínimos requisitos exigidos. La repartija de cargos en los ministerios, sobre todo en los que se manejan grandes presupuestos, no puede quedar así. El Perú debe dejar de ser el botín de estos extremistas.