Volverán tiempos del Lejano Oeste y se mostrará armas al cinto en EEUU
Volverán tiempos del Lejano Oeste y se mostrará armas al cinto en EEUU

Como en tiempos del Lejano Oeste, los legisladores de Texas quieren que los ciudadanos puedan mostrar sus pistolas en público, por lo que están promoviendo dos leyes que esta semana han pasado un primer trámite en el Capitolio de Austin.
Se trata, por un lado, de una polémica norma que autorizaría el libre porte de armas en todo el estado, y por otro, una más controvertida aún, que permitiría llevar pistolas en los recintos universitarios.
Ambas fueron aprobadas esta semana por el Senado estatal por 20 votos a favor y 11 en contra con el apoyo unánime de los legisladores republicanos y el rechazo, también general, de los demócratas.
Ahora deberán pasar otro trámite en la Cámara de Representantes, también bajo amplio dominio conservador, y conseguir la firma del gobernador, el republicano Greg Abbott, que durante su reciente campaña electoral se comprometió a darles luz verde.
El jueves, los senadores aprobaron el proyecto de ley conocido como "campus carry", que de ser finalmente implementado, autorizará a quienes tengan un permiso de armas vigente, a llevarlas en clase y en las residencias estudiantiles.
"No quiero imaginarme a un joven que visite a su profesor porque está molesto por una nota o para discutir algún tema polémico y que tenga una pistola a su alcance", alertó el senador demócrata Rodney Ellis durante el debate en el Capitolio.
Esta norma aplicaría tan solo a universidades públicas como la Universidad de Texas o la Universidad de Houston, con unos 100.000 estudiantes entre las dos, mientras que las instituciones privadas podrán seguir aplicando sus propias reglas como hacen en la actualidad.
"Un derecho fundamental que Dios nos ha dado no puede estar sujeto al coste económico o a especulaciones de nuestras universidades", defendió el senador que patrocina la ley, el republicano Brian Birdwell.
Los demócratas presentaron más de 30 enmiendas para rebajar el proyecto de ley de Birdwell, pero, con tres excepciones, fueron rechazas una tras otra.
"Los texanos no quieren esta ley. Los administradores no quieren esta ley. El profesorado no quiere esta ley. Los trabajadores no quieren esta ley. Los estudiantes no quieren esta ley. ¿Entonces, porque estamos aprobándola?, se cuestionó Sylvia García, senadora demócrata.

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